domingo, 16 de agosto de 2009

Vacío de autenticidad

[imagen: máscara militar romana por SBA73 - http://www.flickr.com/photos/7455207@N05/1632387283/]
Luego de muchos años, en una conversación familiar, me entero de la verdad. La mentira no se pudo sostener más, y emergió la realidad. Y la sensación que se procesa en mi interior es:
-No puede ser, no lo puedo creer.
-Pero es.
-¿Cómo es posible sostener un engaño durante tanto tiempo?
-No lo puedo creer.
Pero siempre pasa de la misma manera. Cuando algo que estaba sin decirse, emerge, luego hay que procesar y elaborar la nueva realidad. Hacer el duelo de la mentira (lo que yo creía y no era) y aceptar la realidad.
Al abrirle la puerta de mi existencia a una persona, y por distintos motivos la persona sostiene una mentira durante tantos años, las sensaciones que hay en mi interior son las siguientes:
Confusión, Extravío, Sensación de haber sido estafado y engañado. Pena,... todos los sentimientos que hacen al estar procesando un duelo.
Tenía que ser ahora?, evidentemente sí. Para construirme una buena vida, lo viejo tiene que cerrarse. Las mentiras ya no tienen cabida en lo nuevo.
Personas que tendrían que ser adultas, no lo son. Era fachada y cáscara. Una máscara. Un hombre adicto a su máscara no es Hombre. No ha nacido como Hombre. Es un no-nacido.
Donde hay un Hombre?...
Así se paseaba Diógenes al mediodía, con una lámpara encendida, en el mercado de la antigua Grecia... Donde hay un Hombre?
En estos días visité dos amigos que no veía hace tiempo. Somos de la generación de los que hoy tenemos 30 años, unos más, unos menos. Arriba nuestro hay un abismo generacional, donde la autenticidad es lo que falta. Relaciones construidas en base a ocultamientos y mentiras. Un ejército de adultos que no son adultos. Quien no puede ejercerse a sí mismo con autenticidad, y vive adicto a su máscara, no vive con la responsabilidad de un adulto. Envueltos en una coraza, de una existencia patética.
Sentir ese espacio vacío, es cansador, pero evidentemente es una necesidad generacional, que hace al nacimiento de una nueva forma de entender al hombre y su existencia.
En esta encrucijada existencial, vuelvo a elegir el camino correcto. Ya experimenté los costos de una vida construida de engaños, me merezco una vida mejor.
Gustavo.

8 comentarios:

  1. Gus,no podemos hacer nada con las mentiras que nos son impuestas por los demás, ahora sí podemos hacernos cargos de nuestras verdades y elegir nuestro camino de diferencia. Depende de nosotros darnos la vida que nos merecemos, de nadie más, es así.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Muma, gracias por tus palabras de aliento! A veces sucede, que en alguna encrucijada, nos despedimos de alguien que ya no coincide con nuestra forma de entender la existencia. Este es el caso, y es mejor asi. Gracias por pasar, un beso, Gus.

    ResponderEliminar
  3. No es solo culpa de los mayores...sino del entorno que los lleva a tener esas máscaras para subsistir.

    Cánones de sociedades hipócritas.

    Pero no todos los mayores son así....por suerte los hay que liberaron ataduras.

    El sentimiento frente al engaño es difícil procesar, es un camino personal y azaroso, pero está en los auténticos el realizarlo.

    Cariños

    ResponderEliminar
  4. Gracias Abuela por tu comprensión, un abrazo, Gustavo.

    ResponderEliminar
  5. Gus, lo mejor de todo este suceso es ese vacio que experimentas. Pocas veces en nuestra vida se repite que rompemos el velo de las apariencias, sea por la causa que sea, pasara, y solo te quedara la experiencia inolvidable del vacio. Un abrazo, Ana

    ResponderEliminar
  6. Gracias Ana :-) Un abrazo, Gustavo.

    ResponderEliminar
  7. Esto de los secretos familiares, es tremendo.

    Lo siento.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. PD y en efecto, no hay relaciones que puedan edificarse sobre mentiras. Cuando ésta cae, cae todo el edificio.

    ResponderEliminar

Expresa tu existencia, si lo deseas :-)