martes, 8 de junio de 2010

Wabi-Sabi


Nada permanece, nada ha terminado, nada es perfecto.
Mucho más allá de los ideales occidentales de belleza y perfección, en la estética oriental encontramos el fascinante concepto de wabi-sabi. Desde el haiku hasta el ikebana, "el wabi-sabi nutre todo lo que es auténtico, ya que reconoce tres verdades simples: nada permanece, nada ha terminado y nada es perfecto" (R. R. Powell). Estrechamente relacionado con el budismo zen, el wabi-sabi no es solo una corriente estética oriental sino que también puede ser considerado una visión del mundo. En tanto filosofía, deriva de la afirmación budista Tri-Laksana o tres características de la existencia: Anitya (impermanencia), Anatman (insustancialidad) y Duhkha (insatisfacción). ¿Dónde encontramos esta sensación de melancólica belleza, estética fugaz, atractivo imperfecto? Andrew Juniper afirma que “si un objeto o expresión puede provocar en nosotros una sensación de serena melancolía y anhelo espiritual, entonces dicho objeto puede considerarse wabi-sabi”.