jueves, 28 de mayo de 2009

Vuelta al Clan, relaciones familiares y autenticidad

En esta ocasión, revisaré a mi modo de ver, dos posturas en las relaciones familiares que han generado gran sufrimiento en los vínculos, muchas veces innecesario, si estamos dispuestos a relacionarnos desde la autenticidad.
La primer postura viene de generaciones anteriores, donde el modo vincular se establecía desde el autoritarismo o la obediencia ciega.
La segunda postura, es la reacción y negación de la primera, y le podemos llamar individualismo o libertinaje (libertad inconsciente).
Dos posturas, en las cuales, a lo que se reacciona, es a la falta de autenticidad en las relaciones familiares.

En la primer postura, por motivos sociales, económicos, políticos y religiosos, las generaciones anteriores crecieron y se desarrollaron con modos vinculares rígidos, autoritarios y faltos de autenticidad. En nombre de la Tradición ejercida de forma autoritaria (no estoy afirmando que las distintas tradiciones sean rígidas; está en como se ejerce la tradición, si es por la fuerza o imposición, o si es desde el reconocimiento y la reflexión) se han producido formas de vinculación muy pobres y despersonalizadas, caracterizadas por la carencia de autenticidad. Se da énfasis e importancia a como deben ser las cosas, cuando en realidad el “deberías” no respeta el ser existencial de cada uno. De manera indirecta, se induce a la persona a que se comporte como es debido en todos los ámbitos al quehacer humano y social. Vamos siempre con el “personaje”, la “fachada” a cuestas, y nuestra real persona queda sumergida y ahogada detrás de los disfraces sociales.
Este funcionamiento social, es natural al hombre mismo, pero cuando el “personaje” toma control de nuestra vida en su totalidad y en la intimidad de las relaciones familiares, corremos el riesgo de vivir como robots, en una existencia petrificada, donde detrás de la cáscara, parecen escucharse los gritos de la autenticidad, que claman por emerger, y ser reconocidos; la persona real en sí. Este mecanismo es la base de toda neurosis, y llevado al extremo, es la fuga a la psicosis, por lo tanto, es de gran importancia su reflexión, para restaurar en las relaciones familiares, una existencia auténtica y nutritiva.

Con el avance económico-social, va creciendo la segunda postura, la filosofía del consumo como panacea de todos los males y el individualismo, que es reacción al autoritarismo heredado por generaciones. Ahora el objetivo es el consumo y el poder financiero e industrial, una postura individualista y cruel, que termina deshumanizando todos los vínculos. Las relaciones familiares se empobrecen y se desintegran, en nombre del culto al individualismo y la supuesta libertad de hacer lo que a cada uno le resulta cómodo y conveniente. Los integrantes de las familias se van convirtiendo en islas, donde la existencia real de cada uno, queda sumergida por los ideales del progreso industrial e individualista. Al perder contacto y relación vincular auténtica con la familia, vamos en camino de la perdida de Identidad, negando y desintegrándonos de nuestros orígenes. Nos resulte de agrado o no, inconscientemente somos nuestros vínculos ancestrales, por lo tanto la negación y la huida detrás del ideal individualista es un intento de escape nada fructífero.
En términos de Identidad, “No querer no significa no ser”. Podemos huir a cualquier lado, pero los vínculos ancestrales los llevamos con nosotros. Esta huida conduce a la pérdida de Identidad y a la repetición indefinida de los dramas ancestrales. Hijos que huyen de padres, que fueron hijos que huyeron de padres, que fueron hijos que huyeron de padres,... y la Identidad clama por ser reconocida. Es éste un Existir Humanamente Responsable? Desde mi punto de vista, No.

Que hacemos entonces?

Si el autoritarismo y el individualismo no resultaron constructivos, que hacemos?

Lo reprimido por el autoritarismo y el individualismo es la Autenticidad, por lo tanto, un existir vincular auténtico en las relaciones familiares, me parece el camino adecuado. Una vuelta al Clan, pero con Autenticidad, es un existir nutritivo e integrador. Un existir Conciente que promueve el reconocimiento de la propia Identidad.
Gustavo.