viernes, 3 de abril de 2009

De la Sombra - C. G. Jung

Imagen: Carl Jung por acropolis - http://www.flickr.com/photos/68307703@N00/2257550621/
Agazapada en lo mas profundo del inconsciente, esquiva, elusiva, la sombra acecha. Es posible que sin el conocimiento de que existe, a través de la teoría de la sombra y de las proyecciones, nos veríamos imposibilitados de integrarla en la conciencia y nutrirnos de su energía. El conocimiento de la sombra abre inmensas posibilidades para el trabajo interior y en las relaciones de convivencia.
A través del psicoanálisis, Carl G. Jung reconocía la existencia del bagaje rechazado del inconsciente. Estimulado sobre sus profundos estudios sobre sueños, mitos, dibujos, y por sus propias dotes de misticismo y espiritualidad, descubrió la existencia del inconsciente colectivo, una especie de memoria ancestral común a todos los seres humanos, portadora de imágenes, motivos, tendencias, a los que llamó arquetipos. Al conjunto de energías rechazadas y expulsadas al inconsciente, Jung lo llamó sombra y comprobó que a través de los diversos mitos, leyendas e historias, esta entidad oculta adquiría diversas formas arquetípicas. "Si mismo reprimido", Alter Ego, "Si mismo alienado", fueron las expresiones que utilizó para nombrarla.
Así, la sombra se manifiesta como el conjunto de los aspectos rechazados del inconsciente, la otra cara del ego. Dicho de otro modo, siendo el ego aquello que somos y conocemos de manera consciente, la sombra es la parte que no percibimos conscientemente y que, de modo indirecto, nos recuerda su existencia. Para mostrarse, la sombra utiliza las proyecciones, los síntomas, las imágenes oníricas, los lapsus y otras estrategias más o menos simbólicas.
Imbuidos de ideales excelsos de bondad infinita e influidos por mandatos acerca de lo que está bien y lo que está mal, acorde con la cultura en que nos tocó vivir, los seres humanos comenzamos a dividir la realidad y nuestras propias actitudes en buenas y malas. Aquellas que no se adecuan al ideal social las vamos almacenando en lo más recóndito del inconsciente. Y este proceso es ineludible y necesario, nadie puede sustraerse de vivirlo, en mayor o menor grado.
El deseo de agradar, la necesidad de aprobación, el miedo a ser rechazado, hicieron que mostrásemos nuestra parte aceptable y ocultáramos grandes pedazos de nosotros mismos. Así, la amabilidad, la corrección, primaron en nuestra conducta en desmedro de la "otra parte", que supusimos indigna. Lo que la sociedad en que crecimos convalidaba como correcto, que en Occidente podría llamarse, obediencia, dulzura, buenos modales, perdieron su otra cara en el escondite: agresividad, autodeterminación, afirmación. Repetida a través de los siglos, patética, la historia de la sombra puede ser contada sucintamente [...]
Así, se asume en la conciencia una pequeña parte de lo que realmente somos. Y una porción enorme se oculta en nosotros mismos como sombra, como síntomas, o se lleva afuera como forma de proyección.
De hecho, el mas inofensivo de los chistes, el mas ocasional de los lapsus, los ensueños, las fantasías, son reflejo de esa parte de nosotros que postergamos y que se empeña en mostrarse.
El sustrato energético de la sombra posee una fuerza tremenda. El trabajo con la sombra consiste entonces en reapropiarse de todo ese material e incluirlo en el yo consciente.
La única manera de completarnos y evolucionar, de actualizar nuestro potencial, consiste en la recuperación de esos aspectos negados y censurados. "Conócete a ti mismo", "Sé tu mismo", equivale a
Reconoce tu sombra.
Integra tu sombra.
Sé tu sombra.
Conviértete en un ser completo.
Quien no realice este trabajo, deberá cargar con desequilibrios psíquicos diversos, tales como depresión, sentimiento de culpa, obsesiones, adicciones, resultado del funcionamiento unilateral, antinatural y neurótico.
Es sabido que la energía no se destruye. Entonces el material de la sombra, largamente acumulado, pugnará por salir a la conciencia, y una de las formas que utilizará será la proyección. Los elementos negados se verán en otros. Así, el individuo llegará a odiarse a sí mismo ante el rechazo de su imagen especular, como desligándose de toda responsabilidad, en una maniobra altamente inconsciente y conflictiva.
Los conflictos interpersonales son, en gran parte, resultado de recíprocas proyecciones bajo el signo de la enajenación, de relaciones ficticias en que la máscara reemplaza al rostro verdadero y donde se arroja afuera lo que debía estar dentro. El efecto nefasto de las proyecciones se extiende sobre las relaciones interpersonales a todo nivel, provoca disturbios y guerras.
El trabajo honesto con la sombra, desde lo individual, arroja una luz de esperanza de curación sobre la neurosis colectiva. Se trata, ni mas ni menos, de que cada individuo se haga cargo de sus emociones, las integre en su Sí mismo y, al dejar de enajenarlas, libere al entorno de cargas inútiles e ilusorias.
Según Jung, el trabajo con la sombra desde lo individual, la reintegración de las proyecciones, propiciarían la solución de los problemas del mundo. [...]
Extracto del libro: Hacia una Psicología Espiritual, Fundamentos y prácticas de psicología transpersonal, de Martha B. Carranza / Silvia C. Ciarlante
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En este tema musical de Nightwish, "El Fantasma de la Ópera" se lee metafóricamente el arquetipo de la sombra Jungiano.

"En todas tus fantasías, Siempre lo has conocido, Ese hombre y ese misterio..., ...Estaban ambos en tí, Y en ese laberinto, Donde la noche es ciega, El fantasma de la Ópera está aquí, Dentro de tu mente."

8 comentarios:

  1. maravilloso e interesante tu post, la sabiduría de Jung, de los pocos "científicos" que supieron acercarse al misticismo y espiritualidad.
    ABRAZOS

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  2. Interesantísimo, es que nosotros los que conocemos somos desconocidos para nosotros mismos, o como diría Nietzsche más propiamente, fatalmente desconocidos. Es cuestión de asumir nuestra complejidad, y sobre todo nuestra oscuridad, que es lo mas difícil.
    Besos

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  3. Guauuu, cuanto y que interesante, gracias Gustavo, buen tema.

    Besos

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  4. Ola Gus!...... excelente tu entrada!

    un beso, Ale

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  5. Hace tiempo que quería postear algo sobre la Sombra, tema espinoso si los hay. El texto me pareció ameno, agradable, e invita al propio descubrimiento. Abrazos, Gracias por estar.

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  6. Excelente post, Gustavo!

    Y que importante y necesario es el trabajo para integrar nuestra sombra!

    Besos y Felcidades

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  7. ¡Hola, Gustavo! La perspectiva de Jung, a mi modo de ver, es muy válida, desde el punto de vista terapéutico. Yo no sigo procedimientos de tipo psicoanalítico pero no niego su validez teórica a la hora de explicar una serie de fenómenos que abocan habitualmente en enfermedad...

    Jung también decía, y lo asumo concretamente, que la enfermedad no viene a que la 'curemos' sino a curarnos.

    Salud para ti y los tuyos.

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  8. coincido en dar a conocer la teoría de Jung, debatirla y sentirla, entenderla, uf qué difícil...pero necesaria

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