jueves, 27 de noviembre de 2008

Hechos, no palabras

El misterioso rabí Loeb, que erraba por todas las regiones bordeando ríos y arroyos para liberar las almas de vivientes y de difuntos, dijo una vez:

"He ido a casa del Baal, pero no con el fin de escuchar las enseñanzas que salen de sus labios, sino con el de verlo atar y desatar los cordones de su calzado"

Extracto del libro Los Mejores Cuentos Jasídicos, de Baal Shem Tov y otros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Expresa tu existencia, si lo deseas :-)