Aquí en Argentina, los que fueron adolescentes en la década del
80, y los que lo fuimos en la década del 90, crecimos en una sociedad -liberal
de derecha-, donde el objetivo del hombre es el Progreso por la producción
industrial y el consumo. Lo útil y productivo, es fabricar mercancías y
consumirlas. El capitalista -propietario de los medios de producción- pasa la
mayor parte de su tiempo entre reuniones de directorio e informes, y el obrero
pasa la mayor parte de su tiempo junto a la máquina, en el proceso de
fabricación de la mercancía. Ambos hacen funcionar a la Empresa, dedicándole,
en nombre del Progreso, cada vez más horas de su tiempo de vida.
El obrero se hace esclavo la máquina, su paga es muy pobre, y su
vida de -persona real, existencial- se pierde y se convierte en un engranaje
más de la máquina. El capitalista, se vuelve esclavo de la administración, de
los informes financieros, y de las reuniones de toma de decisiones. Su
participación en las ganancias de la empresa es mucho mayor, pero eso no quita
que su -persona real, existencial- también se pierda entre labores de hombre de
cuello blanco.
Ambos permanecen alienados la mayor parte de su tiempo. No son realmente -ellos
mismos-, sino que solo cumplen con labores automatizadas y estandarizadas. ¿Son
ellos los dueños de sus propias vidas? ¿O es la producción y el Progreso que se
adueña de ellos mismos? A mayor concentración de capital y eficiencia, mayor es
la alienación (falta
de sí-mismo) de ambos. La empresa se convierte en una estructura totalitaria alienante
y opresora de sus dueños y los obreros. Una megaestructura alienante.
Ambos, al llegar a sus hogares, y encontrarse con sus familias,
están tan absortos y alienados por sus labores, que solo les resta energía para
descansar, no pudiendo atender la realidad existencial de sus vínculos, ya que
no disponen de energía para ello. Toda la energía se invirtió en el trabajo. La
realidad propia, y de los demás, no es registrada, y así se alienan los
vínculos familiares, hasta su desintegración. ¿Quién no ha pasado por este
proceso de alienación y desintegración de los vínculos? He aquí los frutos del
hombre liberal de derecha, un hombre que pierde toda noción de sí-mismo, y deja
de ser hombre real. Pone el valor y su identidad en los objetos, y deja de ser
quien realmente es.
Los intelectuales humanistas, socialistas, suelen afirmar, con
razón, desde mi punto de vista, que el hombre de derecha es humanamente
improductivo. No tiene visión, y vive una vida malograda, sin sentido, y
ausente de todo lo que lo hace -un hombre de verdad-, -ser quien realmente es-. Luego de 20 a 25 años de políticas
liberales de derecha (los últimos 7 años con más justicia social debido al
progresismo del gobierno actual), hay dos generaciones, los que hoy tenemos
entre 35 y 40 años, que fuimos educados en la alienación. Crecimos como
autómatas, consumidores de todo lo que estuviera a nuestro alcance, para llenar
el vacío de no -ser-. Por supuesto,
el vacío no se llenó, ni se va a llenar, ya que la estructura económico-social de
derecha aumenta la alienación. ¿Como puede ser que con tanto dinero, el hombre
de derecha no tenga la capacidad de educarse a sí-mismo como persona?
Realmente, es dinero mal invertido. Ya se han dado casos de suicidios en las
empresas debido a este problema.
Luego de 20 a 25 años de neoliberalismo político y económico,
estamos altamente alienados
y robotizados por el hiperconsumo. De seguir por este camino,
el hombre tomaría una tendencia de vida autista (debido a la desintegración de
todos sus vínculos) con la incapacidad para vivir productivamente junto a los
demás hombres. Una especie de ceguera cotidiana y alienante, sería la vida del
hombre posmoderno. Un hombre incapaz de todo vínculo auténtico y sincero con
los demás hombres, y hasta con su propia familia.
Si el devenir existencial paradojal o dialéctico es cierto, y yo
creo que así lo es, de lo profundo del lodo del hombre alienado, nacerá la
necesidad de retornar a lo que realmente tiene valor, el hombre por sí-mismo,
auténtico, humanamente productivo y sensible a la realidad propia y de sus
semejantes.
Un retorno a la filosofía humanista del Estado Hegeliano parece
ser el camino a seguir, donde el Estado de Derecho legitima a través de la ley
al sujeto, garantizando así su libertad para ejercer su propia realización
humana, la realización de su ser.
¿Qué es el ser? El ser es
lo que llevamos dentro, nuestra alma, a la que le permitimos expresarse con
autenticidad, o no. Es nuestra elección; transitar la vida como una persona
autentica, o llevando una máscara, que nada dice sobre nosotros, sobre quienes
somos. Ser persona es lo valioso, es lo que me hace crecer, jugar, investigar,
estar atento y consciente de lo propio (autoestima) y de lo que sucede en el
exterior.
Ser máscara es falsear la realidad, inventar un personaje, por
distintos motivos. Suele ser miedo a ser uno mismo y decir lo propio, por
ejemplo.
Si crecimos aferrados a las máscaras, nuestra forma de vida será
de estilo neurótico. El neurótico vive aferrado a las mascaras, su si-mismo, su
self o personalidad esta sin desarrollarse. Vive aferrado a la Superficie de
las cosas, no puede ni quiere expresar su ser. Es como un río al cual se le ha
construido una represa. El agua está contenida, pero vemos solo los ladrillos,
los ladrillos que ocultan su ser.
O sea que tenemos dos opciones, ser auténticos, o llevar varias
mascaras.
El proceso de llegar a ser uno mismo se le llama “pelar la
cebolla” Cada capa de la cebolla tiene que pelarse, o sea, dejamos caer la máscara
para que vaya saliendo el si-mismo a la superficie. La psicoterapia es una
excelente manera de realizar ese trabajo. Es mejor una vida productiva y humana
siendo persona, que llevar una vida alienada por tener que representar roles que
no son uno mismo.
Cuanto más auténtica es una persona, más madura se vuelve. Pasa
lo contrario en la enajenación, la neurosis crece y cada vez es más complejo
llegar al si-mismo de la persona. Podemos usar la metáfora de un robot, o el
“hombre masa” u “hombre de cartón”. El hombre masa hace todo lo que los demás
hacen, no se pregunta los cómos, ni los porqués, repite y hace lo mismo que los
otros hacen, hombres y mujeres, siguiendo la moda de turno.
Se confunde el ser con el tener. Se pone la identidad en los
objetos exteriores, cualquier objeto
material, puede ser un determinado tipo de ropa, una casa, el último modelo de automóvil, para
sentir que se es “alguien” y que pertenece a una clase social, aquella que lo
encasilla para sentirse seguro.
La búsqueda de objetos, es lo que le da satisfacción, el
registro del otro ser humano suele ser muy deficitario. La comunicación hacia
los demás suele ser muy pobre, ya que el si-mismo de los demás no es registrado.
Solo cuenta lo que el emisor dice, generalmente en tono autoritario, para luego
buscar la aceptación de lo que se dice por los oyentes.
Su existencia es de tipo “objeto”, “cosa”, no dándose el lugar para
ser “sujeto”. El hombre objeto es un Ente, que pierde su subjetividad, y
detiene su desarrollo como persona.
Todos estos conceptos se irán desarrollando mientras crecemos
con nuestros padres, la familia, amigos, etc. Tener padres alienados es algo
que a algunos les toca, en este aspecto hay muchos libros que pueden ayudar
para mejorar la comunicación en casa, generando más acuerdos cuando el dialogo
recupere su existencialidad. No hay que tenerle miedo al dialogo, el dialogo
existencial, sincero, es la puerta por donde sale lo que el ser quiere decir.
Esos momentos son de mucha importancia, ya que permiten el desarrollo del ser
de cada uno.
Es un paso que hay que dar, que cambia para bien los vínculos
que se hayan construido de forma enajenada.
Probaremos con el Ser y el Tener, a ver si nos explicamos mejor
la situación.
Pero hoy, lamentablemente vivimos en piloto automático, las
relaciones no se viven, todo es utilidad en la vida moderna del use y tire. En
la vida del tener, llega un punto en que el vacío interior ya no se puede
llenar con nada. Todo lo que se quería tener ya no satisface. La única forma de
llenar ese vacío que emerge, es encarando las relaciones con uno mismo y con
los demás en la forma de Ser. Dejar caer las máscaras, para empezar a ser uno
mismo. Ser uno mismo, conocerse uno mismo, hay que dejar de actuar el personaje,
dejarlo caer, no es necesario hacer fuerza, solo dejándolo caer, se genera un
espacio donde el si-mismo, lo real, comienza a emerger.
Es el vacío existencial, el que genera el temor a ser uno mismo.
La paradoja es tal, que hay que pasar por ese vacío para poder trascenderlo.
Tenemos que reconocernos primero nosotros mismos (conócete a ti mismo-nada en
exceso), dejar caer una mascara, de a poco, y la luz comienza a viajar por el túnel,
hasta que nos deja en un lugar seguro.
La seguridad es estar en uno mismo, en el propio self, cuando
esto se aprende las máscaras van perdiendo poder y nos sentimos más seguros.
Solo Ser, necesitamos ser, para equilibrar la balanza. Cuando el Ser y el Tener
van encontrando el camino, recuperamos el equilibrio, nos sentimos más
satisfechos con nosotros mismos y con los demás.
Otra forma de alienarse es tener que ir a divertirse sin tener
ganas. Quien sabe necesitemos reflexionar sobre algún tema específico
importante, una reunión familiar, etc., y no hacemos caso y se sale igual. No
estoy diciendo que divertirse , sea algo malo, sino que a veces hay que
destinarle otro tiempo, para así destinarlo a la necesidad del momento, también
sucede lo mismo con la internet mientras estoy tecleando este texto. Se que me
quedan 10´min para apagar la pc y seguir con otras actividades, así le doy el
tiempo justo y no me desconecto de la realidad.
El proceso de enajenación de las personas comienza desde que
somos pequeños y depende del tipo de pedagogía o educación que hemos recibido
en casa o en la escuela. Las formas de educar a los niños debe ser abierta,
quiero decir que haya horizontalidad en el trato de los maestros a los niños,
que el maestro use sus herramientas para que el niño se exprese desde su ser,
así de esta manera comenzamos a educar su ser, no solo el Saber. El saber
corresponde al hemisferio izquierdo del cerebro, el Ser y la Creatividad se
corresponden con el cerebro derecho.
De esta manera, el niño sale más integrado de la escuela con las
herramientas necesarias para salir al mundo que le rodea. A medida que el niño,
va creciendo, y llega a la edad de la adolescencia, Hay que empezar a educar la
conciencia de los jóvenes, su identidad y autoestima, para cuándo llegue la primera
adultez, los temas ya estén aprendidos en los talleres. Así podemos vivir con más
respeto los unos y los otros. Con este trabajo realizado en la adolescencia,
llegan a la Universidad debidamente formados para continuar sus estudios.
Se ha educado su ser y su saber, por lo tanto sabrán diferenciar
el ser, con el saber, para así crecer equilibradamente.
Es muy importante que los padres puedan acompañar la formación
de ese chico, tomarlo como un trabajo más, cosas que hacen al ser y como
comunicarlas, podrían ser expresiones de afecto, lenguaje informal. El lenguaje
es fundamental, con el lenguaje podemos hacer muchísimo: por ej. Expresar el
afecto que tenemos por ese “otro” que esta junto a mi, usar las habilidades de
contacto del cerebro derecho. De esta manera llegamos al dialogo persona a
persona, imprescindible para cualquier situación que requiera de una conversación
de estilo Ser a Ser. No estamos diciendo que el tener sea malo, sino que tiene
que ajustarse con la medida del ser, caminar juntos, sería la metáfora.
Con respecto a la tecnología, que lleva un avance y un
crecimiento permanente, seria bueno no perder de vista los medios y los fines
con los cuales la utilizamos, no sea cosa que toda esta nueva tecnología nos
absorba.
En mi opinión tiene que ser un medio para que las personas se
comuniquen. Ahora, si para la tecnología es el fin en sí mismo, nosotros
tenemos que correr a comprar el ultimo celular, aceptar todos los términos y
condiciones para usar los aparatos y sino me acuerdo ninguna propaganda, la
exigencia es estar las 24hs conectados. ¿24hs conectado, para que? Hacer de mi
vida un paseo por internet, yo paso, gracias. Eso sí, yo sigo usando la
internet pero en mi justa medida.
Y vuelvo al mundo real, donde están las personas reales, las
personas con alegría, sentido de vivencia, productivas, que se pueden tocar y
abrazar. ¿Las computadoras nos abrazan?
Si queremos comprar la última computadora, que además ahora es
tv, iremos a un shopping que nos guste, a buscar el tv de última generación,
para estar a la moda de la tecnología y
vivir en casa con
esa pantalla de 50 pulgadas. Es el Smart Tv, como el Smart Phone, de repente
los aparatos adquieren inteligencia propia. My God!
Vamos a tener que
discutir frente al televisor, que es lo que tengamos que hacer, a ver si
estamos de acuerdo. Esto es la enajenación total, un living lleno de aparatos
electrónicos todos comunicándose entre si, y Ud. En el medio de todo eso, me
imagino lo divertido del encuentro.
No sé por qué
esta parte del texto me sale escrita para la gente madura, no para chicos.
¿Hacemos una
pregunta, es necesario todo este avance tecnológico? ¿es una necesidad real? o
es una forma de vida que el Estado nos dispone a hacer para que estemos
contentos sin ocuparse de nada que no sea realmente importante.
Bueno en este
tema cada uno tomara sus propias decisiones, solo suba a su auto, no se olvide
la tarjeta de crédito, y diríjase al shopping que más le guste y listo, compra
hecha.
Yo por el momento
me quedo en casa haciendo otras cosas, cuando el tv se encienda y me diga te
quiero quizá lo compre, me gusta que me digan te quiero. Sera que no nos
decimos mucho te quiero, en esta modernidad, que necesitamos que los
televisores nos hablen de amor, esa palabra tan usada, tan buscada, algunos la
encuentran, otros las pierden y así vivimos, el 2013 sin saber hacia dónde
vamos.